Comprar fans en Facebook. Una solución de moda entre algunos círculos de Social Media. Solución burda y simplista si les interesa mi opinión, propia de ese desagradable círculo que piensa únicamente en términos cuantitativos (en especial de la cantidad de dinero que van a cobrar por su servicio) cuando hay muchos más factores que entran en juego. Ya hablamos de ello en artículos anteriores
.
La verdad es que les confieso que creía que esa «moda» nefasta ya se había evaporado como lo que es. Uno de los primeros errores en los que tenía que incurrir el Social Media antes de ser aceptado, como una disciplina más, dentro de su área natural, el marketing general de la compañía. Sin embargo, parece que algunos todavía no lo tienen claro.
Me sorprende todavía encontrar artículos y webs que defienden el valor de estas iniciativas como algo bueno e innovador para crear imagen de marca. ¿Bueno para quién? Sólo se me ocurre que es bueno para aquellas empresas que cobran casi 300 euros por añadir 5000 fans en Facebook o Twitter. Porque para el cliente final los resultados finales van a ser, casi con toda seguridad, descorazonadores.
¿Por qué se produce esta situación? No es difícil de entender. Generalmente, la segmentación de las bases de datos de estas empresas es, cuando menos, dudosa. Y si diluimos el público objetivo de nuestras redes sociales, obviamente, los resultados jamás van a poder ser los deseados. Este es uno de los errores más frecuentes en cualquier campaña de marketing que pueda hacerse.
Comprar fans en Facebook, Twitter o cualquier otra red social, sirve de muy poco. Pensar que unos pocos «fans mercenarios» nos conseguirán clientes es una utopía. El éxito en Social Media solo se produce mediante la creación de una estrategia adecuada a los objetivos de la compañía y, sobre todo, de mucho trabajo duro implantándola.
Es mejor tener menos fans y realmente convencidos en seguir a la empresa ( engagement ) que usar la estrategia errónea de «comprarlos» para tener muchos y que luego no recomienden la marca.
En eso no hay discusión posible Alfredo.
El problema principal es que la primera generación del Social Media intentó vender la idea equivocada de que con estar en Facebook o Twitter una empresa empieza a facturar a lo bestia, cuando todos ya sabemos que no es así. Implicarse por una buena estrategia de Social Media para la empresa tiene un serio inconveniente: muchas empresas no están por la labor de crear un contenido propio, y los buenos redactores externos son muy escasos (aunque yo opino que nadie mejor que la empresa cliente para mostrar al mundo por qué son diferentes pero bueno…).
También proliferan muchos redactores «low cost» que utilizan la vieja técnica del «copio y pego». En resumen, la estrategia de contenidos de una empresa debe mezclar el contenido propio con el ajeno. Para explicarlo, yo siempre uso el ejemplo de cómo se hace una pizza: la base siempre será igual en todas las pizzas (difundir contenido ajeno) pero luego podemos añadirle los ingredientes que más nos gusten para hacer una pizza totalmente a nuestro gusto (esto sería crear nuestro propio contenido).
Creo que el contenido es la asignatura pendiente de la mayor parte de las empresas españolas en cuánto a Social Media. Y es que sin la gasolina del contenido que muestra el «alma» de cada negocio y atrae clientes, los Social Media Managers somos poco más que simples «tocateclas». Esa es, al menos, la visión que he defendido siempre.
Un saludo,
Totalmente de acuerdo.