El gran engaño del Social Media

Existe una gran mentira que frecuentemente es mencionada en prácticamente todos los círculos del Social Media. Aquella que afirma que el Social Media llega a democratizar tanto el mundo empresarial que cualquier pequeña empresa puede llegar a competir con una multinacional. Desde mi punto de vista esto es un enorme despropósito que crea muchas falsas expectativas entre los usuarios.


¿De verdad nos creemos esta tontería? Yo personalmente no. Bien es cierto que el Social Media permite hacer cosas que hace años eran impensables pero nos olvidamos que, todo lo que pueda hacer una empresa de recursos limitados podrá hacerlo una enorme multinacional. Siempre acabo repitiéndome, pero es que parece que el mensaje no llega demasiado claro: “las redes sociales son herramientas de marketing, nada más”.

Y es que, incluso, aunque sepamos llevarlas correctamente, una pequeña tienda de barrio será incapaz de competir con una gran superficie como Wal-Mart o Mercadona en igualdad de condiciones. Creer que porque usamos las redes sociales con cierta soltura (en muchos casos esto es discutible) ya estamos por encima de ellos, refleja una severa miopía estratégica.

Dicho así parece que estoy diciendo una perogrullada. Pero lo cierto es que hay ciertos mal llamados profesionales del Social Media que espolean a sus clientes a meterse en batallas de marketing para las que, sinceramente, no están, ni mucho menos, preparados. Ni falta que les hace meterse en semejantes berenjenales.

Este es el gran engaño del Social Media. Y la razón de que haya gente que se lo siga creyendo no es otra más que la gran inactividad de muchas grandes empresas ante estas nuevas herramientas. La mayoría ni intentan conectar con el cliente ni tampoco se las toman todavía demasiado en serio. Pero… ¿qué pasará cuando, por fin, se den cuenta de la oportunidad que están perdiendo?


Más de uno acabará repitiendo las famosas palabras del almirante Yamamoto después del ataque japonés a Pearl Harbour en la Segunda Guerra Mundial: “hemos despertado a un gigante dormido…” cuando descubra que su supuesta ventaja competitiva se esfuma en cuestión de meses cuando un competidor de mayores recursos utilice nuestra misma táctica.

A pesar de la democratización de la web 2.0, el pez grande seguirá siendo el pez grande. Muchos hablan del pez rápido (y, en parte, tienen razón) pero son demasiado ilusos si piensan que el pez grande morirá sin defenderse. Y, a diferencia del pez rápido, al grande le basta con un buen golpe para terminar la pelea.

Personalmente no puedo evitar reírme cuando en ciertas conferencias se habla de startups tecnológicas como claro ejemplo de la veracidad de la teoría del Social Media. Ante este planteamiento habría que preguntarse: ¿cuánto dinero y apoyo de grandes empresas han recibido estas startups? ¿habrían sido capaces de llegar hasta donde están si nadie hubiera aportado su ayuda? Francamente, lo dudo.

Tal y como decía Quevedo: “poderoso caballero es Don Dinero”. No caiga en este engaño. Si usted dirige un pequeño negocio sea consciente de sus limitaciones y utilice la estrategia para concentrarse en un nicho que sea muy poco rentable para una gran empresa y mucho para usted. No se puede competir de frente con una gran empresa sin ser o llegar a convertirse en una gran empresa. Así funciona esto, por muchos que lo nieguen.

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