¿Será el vídeo marketing la tendencia empresarial de 2012?

Les confieso que a veces me siento un poco adivino cuando estudio algunas de las tendencias más prometedoras que la unión del marketing y la tecnología producen cada día. Supongo que es una deformación que nos ocurre a las personas innovadoras y a las que intentamos serlo.


Hace poco leía que Youtube había batido un nuevo récord de subida de vídeos y, estando informado sobre últimas tendencias empresariales… ¿no será que el vídeo marketing se está convirtiendo en una tendencia que explotará en un futuro no muy lejano?

Las ventajas de realizar comunicación por vídeo son innumerables, ya que refuerzan uno de los principales defectos de las comunicaciones tecnológicas: la despersonalización. Y es que, a todos nos gusta sentirnos apreciados e importantes. Eso es algo incuestionable.

No obstante, también existen algunas cosas que debería tener en cuenta antes de emocionarse demasiado. ¿Realmente necesita del vídeo marketing para vender sus productos o servicios? Recordemos que el factor tecnológico no es para todo el mundo y que, en muchos casos, sirve más de apoyo que para otra cosa.


No se sorprenda si le digo que estoy seguro de que dentro de un año, Youtube estará inundado de vídeos repetitivos, aburridos y faltos de imaginación. Mucha gente entra en estas tendencias por reacción más que por convicción. Ya pasó en su día con las webs, los blogs y las redes sociales… ¿por qué el vídeo marketing debería ser diferente?

Habrá que entender muy bien en qué consiste el vídeo marketing antes de implantarlo irreflexivamente en nuestra empresa. Si algo he aprendido durante mi experiencia en JMA Asesores es que la mayoría de las PYMES se mueven en base a “modas” y sin una mínima estrategia de planificación previa. En resumen, muy pocos se preguntan de qué les sirve lo que están haciendo y todavía son menos los que ponen los medios para corregirlo.

Le recomiendo que, antes de emocionarse demasiado con este nuevo “caramelo” que se nos presenta, clarifiquemos y tengamos muy presentes los objetivos que queremos conseguir con ello. Si, además, eso sirve para simplificar y mejorar el resto de nuestras estrategias de comunicación, muchísimo mejor.

Los que nos dedicamos a trabajar con microempresas, acabamos aprendiendo a hacer maravillas con presupuestos tremendamente limitados, por lo que para un negocio de estas características, cambiar anualmente su estrategia de comunicación es, sencillamente, inviable, por el coste de tiempo y de valiosos recursos que conllevan estas acciones. Usar el sentido común, como en muchas otras ocasiones, será nuestro mejor amigo contra las futuras burbujas.