Networking: Un Activo Valioso
Las redes de networking están consideradas como uno de los mayores activos que las personas pueden cosechar a lo largo de su vida personal y profesional. Al fin y al cabo, lo que suele diferenciar a muchos hombres de negocios exitosos es, precisamente, la conservación de una fuerte red de contactos que, a su vez, les posiciona como referentes en su profesión.

Se requiere de mucho tiempo y mucha dedicación a la hora de crear y gestionar una floreciente red de networking. Eso sin contar, con la preparación, de nuestro valor añadido como profesionales y personas, una labor que, cuando menos, ha costado varios años de nuestra vida.


La revolución 2.0 ha facilitado mucho las cosas, pues nos ha dado herramientas de gestión para redes de networking con las que antes sólo podíamos soñar. De tal modo, ahora pasamos parte de nuestro tiempo en redes como Facebook, Twitter, Linkedin, Xing… ¿pero qué conseguimos muchas veces con ello?

En mi opinión, se está dejando aparte el lado más humano del networking, ese que consiste en conocer y mimar a nuestros contactos, a la vez que encontramos a almas afines a nuestras creencias y valores. Muchos “networkers” acaban teniendo mentalidad de entrenador Pokémon “Hazte con todos”. Esto les hace tener grandes cantidades de contactos, a los que ni siquiera se ha presentado o tenido un contacto. Y eso es un gran error.


A través de mi experiencia en las redes sociales, he ido desarrollando un método bastante personal que consiste básicamente en diferenciarme de las grandes masas de lo que yo llamo “perfiles clon”, profesionales que han trabajado muy poco su oferta de valor añadido y que, por tanto, parecen cortados por el mismo patrón.

La cortesía es otro de los puntales principales de mi metodología, pues siempre procuro tener al menos dos contactos anuales con todos los integrantes de mi red: felicitarles en su cumpleaños y felicitarles la Navidad. Por supuesto, también una presentación conveniente sobre mi persona y mis actividades (no hay muchos que lo hagan) y un ofrecimiento de colaboración en todo lo que pueda servirles de ayuda.

Por último, la interacción constante con nuestras redes de networking, ofreciendo aportes de calidad y pequeños “detalles” que no tienen porque ser de carácter económico, sino también cultural o la realización de “favores” son puntos a desarrollar dentro de nuestra propia estrategia de marca personal.

Igual que los negocios deben tener una estrategia de marca, las personas no son ajenas a este cambio, encuentro que es algo que muy pocas personas en España están realizando actualmente de forma constante y cohesionada. En un mundo en el que cada vez más se valora la cultura de servicio a los clientes y contactos, posicionar nuestra marca personal como referente es, sin duda, uno de nuestros más valiosos activos.

Jorge Ignacio Mata Arribas – Gerente de JMA Asesores – www.jma-asesores.com

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