Una vez que ya hemos creado un producto que, verdaderamente sirva como solución a los problemas de nuestros futuros clientes, llega el siguiente paso. Un paso que, frecuentemente es despreciado por los nuevos emprendedores y las empresas de la llamada «nueva economía».
CLAVE 2: REUNIR TODOS LOS RECURSOS NECESARIOS PARA DAR UN BUEN SERVICIO
E insisto en el tema de los nuevos emprendedores y empresas del sector tecnológico debido a que, muchas de ellas, literalmente venden humo. Cualquier proyecto necesita de unos recursos (aunque sean mínimos) para poder garantizar su correcta puesta en marcha.
El otro gran drama que se vive en la aplicación de este principio viene es causado por la mentalidad dependiente de la financiación ajena que tienen muchos empresarios en la actualidad. Ya hablamos de ello en nuestro reciente artículo sobre el crowdfunding.
Y es que no se suele conceder a la fase de obtener recursos toda la atención que se debería prestar. Hasta hace muy poco tiempo, los emprendedores ni se planteaban de donde iban a sacar los recursos financieros para organizar su empresa. La mayoría tiraba de subvenciones y préstamos que se concedieron a prácticamente todo aquel que quiso pedirlas y reuniera unos criterios de concesión francamente generosos. Así nos ha ido después.
En tiempos de crisis, la austeridad (esa palabra tan usada últimamente por los políticos) se ha puesto de moda. El problema es que ahora se está cometiendo el pecado opuesto. Los circuitos tradicionales de financiación están más que paralizados. Y así tampoco se puede funcionar. Si en lugar de tanto rescate multimillonario se hubiera financiado a aquellos empresarios en apuros que presentaran un estudio sobre su situación, un plan de acción para mejorar y justificaran hasta el último céntimo recibido, otro gallo nos cantaría.
Así que no nos queda más remedio que buscarnos la vida como podamos hasta que la situación se normalice un poquito. Siga buscando si lo desea a ese inversor que confíe en su proyecto para financiarlo (especialmente si su idea es verdaderamente buena), pero por si acaso, no cuente con que aparezca. Le hará tener una visión más prudente de su situación.
El instinto y la creatividad se apagan cuando hay barra libre de dinero. Es un hecho más que demostrado por la historia empresarial. No se duerma en los laureles y piense que esto es una carrera de fondo en el que siempre hay que tener un margen de recursos para afrontar sin problemas los tiempos duros como los actuales. El premio a saber esperar suele ser acaparar grandes porciones del mercado cuando todos sus competidores desaparezcan por falta de recursos.
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