Gracias a la reciente nueva subida del mismo, el IVA ha cobrado especial protagonismo a lo largo del verano. Generalmente, podríamos decir que se trata de un impuesto bastante incomprendido y que, por sus peculiares características, induce a muchas confusiones a la hora de afrontarlo.
Hoy me centraré en aclarar algo que para los entendidos de esta materia puede parecer una perogrullada, pero para muchos otros emprendedores no está tan claro: ¿es bueno o malo pagar IVA todos los trimestres? Ciertamente, y pensando en el funcionamiento del impuesto sólo puedo decir que, lejos de lo que muchos piensan, pagar IVA todos los trimestres es una buena señal de que nuestra empresa funciona perfectamente. ¿Sorprendido? No debería.
Piense que, el cálculo trimestral del impuesto se consigue con una fórmula tan sencilla como IVA Repercutido (el que llevan incluido nuestras facturas de ingresos) – IVA Soportado (el que llevan incluido nuestras facturas de gastos). Si ingresamos más IVA del que nos deducimos, llegaremos a la simple conclusión de que, por fuerza, hemos ingresado más dinero del que hemos gastado. Y esto sólo puede ser bueno. Más si tenemos en cuenta que existen otros gastos adicionales que no se ven sujetos al IVA (los sueldos son los más representativos).
Pero, ¡cuidado! Esto sólo es una aproximación. Es posible que su caso concreto sea diferente (por ejemplo, que usted venda a un tipo reducido y compre al tipo general), téngalo en cuenta a la hora de planificar su fiscalidad. No obstante, el principio general es válido para, prácticamente todas las empresas. Incluida la suya.
Otra de las grandes cuestiones respecto al pago del IVA es su incidencia (a veces enorme) en la planificación de la gestión de tesorería del negocio. Muchos se quejan de que es difícil cuantificar el impacto final de los impuestos al trimestre y que, muchas veces, les coge «por sorpresa«. Para ellos, traigo un pequeño truco que les hará olvidarse de este problema.
La solución es tan sencilla como abrir una cuenta bancaria adicional exclusivamente dedicada a los impuestos. Cuando cobremos una factura, la cuota de IVA repercutido correspondiente deberíamos ingresarla automáticamente en esta cuenta. De esta forma, en la cuenta principal sabremos exactamente cuánto dinero estamos ganando realmente.
Como, además, nos estamos deduciendo las cuotas de IVA soportado de nuestros gastos, siempre tendremos una diferencia a nuestro favor que, con toda seguridad, permitirá hacer frente al pago de los demás impuestos trimestrales (retenciones a trabajadores, por alquileres o cualquier otro).
De esta forma tan sencilla, no sólo nuestra empresa no tiene que poner dinero para el pago trimestral (la cuota de IVA no es nuestro dinero a fin de cuentas), sino que, además puede llegar a comprender mucho mejor su estructura de ingresos y gastos, además de acostumbrarse a no gastar dinero alocadamente, lo que, en última instancia, le hará mejorar mucho la gestión de su negocio.
Tienes total libertad para enlazar este artículo en los medios de difusión que desees, incluyendo la firma y datos de contacto de JMA Asesores. Las apropiaciones indebidas serán notificadas y perseguidas conforme dicta la legislación vigente en materia de propiedad intelectual.