Mitos y verdades acerca del 'Crowdfunding'

El ‘crowdfunding’ está de moda. Muy pocos podrían negarlo después de la publicidad que se le ha querido dar al asunto. Y lo cierto es que hay opiniones muy encontradas respecto a si el sistema funciona o, simplemente, se queda en una idea curiosa con buenas intenciones.


Lo cierto es que parece que en determinados sectores de corte más social o cultural el invento funciona a las mil maravillas. Así lo demuestran algunos casos de éxito en los que películas, documentales o acciones sociales de diverso tipo han podido llevarse a cabo mediante la financiación en masa, pero al margen de eso… ¿estamos realmente ante un sistema adecuado para la financiación empresarial?

Sinceramente opino que no. Recaudar fondos para una obra benéfica es muy diferente de hacerlo para un proyecto empresarial. Y, lo cierto, es que creo que muchos emprendedores afrontan sus proyectos con una actitud muy equivocada. Me explicaré. Parece que hoy en día, la única aspiración de muchos sea «que les financien su proyecto». Claro, ¿quién podría negarse a recibir dinero de los demás para llevar a cabo proyectos propios? El problema es que las cosas no suelen funcionar así.

Vivimos en una época donde el egoísmo es más intenso que nunca. Basta salir a la calle y observar un poco cómo están las cosas para darse cuenta. Y si los emprendedores, que son las personas que más acción se supone que deberían demostrar, pretenden que sean terceras personas (el Gobierno, los ‘business angels’ o cualquier otro) quién corra el riesgo que deberían asumir ellos con, al menos, parte de su capital, creo que incurren en un grave error.


También está el hecho de que muchos pretenden construir proyectos faraónicos de la noche a la mañana, basados en una simple «idea genial» careciendo de la más mínima experiencia de gestión empresarial. Generalmente son ese tipo de emprendedores los que creen que el dinero resolvería todos sus problemas, cuando los que tenemos algo de experiencia sabemos que el capital es sólo un factor más a considerar en la ecuación.

Creo que la sociedad emprendedora de hoy en día concede demasiada importancia al tema de la financiación externa. Pocos hablan de esfuerzo y superación personal como preparación continua del emprendedor. Claro, supongo que eso no vende tanto. Y no olvidemos que el excesivo endeudamiento de casi todos los sustratos sociales es hoy uno de los principales problemas de las economías occidentales, especialmente de la española. Así que seamos algo prudentes.

Yo mismo tuve que hacer muchas horas extras en trabajos de todo tipo y gestionar sabiamente mis ahorros antes de poder montar este negocio. Y eso no me convierte en mejor ni en peor emprendedor, pero creo que el saber que estaba arriesgando única y exclusivamente mi capital ganado con tanto esfuerzo hizo que me tomara las cosas de una manera muy diferente. Difícilmente puede decirse lo mismo de alguien que recibe un dinero que no es suyo presentando una idea, por buena que esta sea.

Personalmente, les deseo lo mejor a las plataformas de ‘crowdfunding’. Su teoría me parece preciosa y muy democrática. Falta comprobar si ese modelo tan aparentemente exitoso importado de los Estados Unidos puede tener un hueco en la más cerrada sociedad española y llevarse realmente a la práctica. Sólo el tiempo nos lo dirá.

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