La fuerte desaceleración que se está produciendo en las economías del mundo desarrollado hace que los inversores de todo el mundo pongan su punto de mira en las llamadas economías emergentes. Países como China, India, Rusia, Brasil… hasta hace poco eran considerados países de muy alto riesgo, a los que solo los inversores más osados acudían.
Como consecuencia de este movimiento de capitales, podemos encontrar una gran cantidad de oportunidades de negocio que las empresas españolas podrían aprovechar para implantar sus productos en mercados extranjeros con gran potencial de crecimiento.
Pero, la exportación, es una de las asignaturas pendientes de la economía española, más allá de algunos sectores alimentarios que ya se han atrevido a salir más allá de las fronteras de la Unión Europea. Por tanto, la necesidad de contar con un asesoramiento profesional y adecuado a las necesidades de nuestro negocio es enorme.
Resulta irónico que, teniendo un mercado tan sumamente interesante como Latinoamérica a nuestro alcance, gracias a nuestro rico legado cultural e histórico, la mayoría de los empresarios españoles sigamos teniendo una mentalidad tan «de provincias» mientras la mayor parte del mundo apuesta por una visión cosmopolita.
Sin duda, el apartado de formación es uno de los factores clave a los que podemos achacar esta falta de visión internacional en el tejido empresarial español. Debemos aprender a aceptar que muchos países cuentan con una ventaja competitiva significativa en este aspecto, por lo que solo nos queda intentar mejorar para estar a la altura de las circunstancias.
A pesar de ello, tenemos grandes oportunidades para lograr un puesto entre los principales exportadores mundiales. España cuenta con muy buena fama en el panorama internacional y, una tradición histórica que atrae a muchos extranjeros a nuestro país todos los años. No hay mejor forma de fidelizar que esa.
Asia resulta otro de los grandes mercados a los que los emprendedores españoles pueden dirigir sus esfuerzos. Principalmente, China esta teniendo un crecimiento muy amplio, aunque las barreras idiomáticas y culturales son grandes. Para los más osados, India es una alternativa de gran interés, aunque los riesgos que se corren son, evidentemente, mayores.
Como conclusión, podemos decir que las empresas españolas no están aprovechando al máximo las oportunidades que se les presentan en los mercados internacionales. Tenemos que intentar ir más allá de las operaciones entre miembros de la Unión Europea y, tratar de incrementar nuestra presencia en nuevos mercados, como Latinoamérica o Asia.
Jorge Ignacio Mata Arribas – Gerente de JMA Asesores – www.jma-asesores.com
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