Como todos sabemos, la financiación a través del sistema bancario tradicional es una de las primeras fuentes a las que acude un emprendedor a la hora de poner en marcha su proyecto.
No obstante, nos encontramos con que, la propia naturaleza de la actividad bancaria, no favorece precisamente la creación de nuevos negocios, ya que el equipo promotor debe contar con avales y garantías suficientes para superar los criterios de riesgo que exigen las entidades financieras (y más hoy en día).
No obstante, la mayor parte de las entidades bancarias cuentan con excelentes servicios de financiación del crecimiento a través de sus departamentos de atención a empresas. Recuerda: las relaciones entre tu empresa y tu banco son relaciones entre iguales, de tú a tú. El banco “vende” dinero y tú lo “compras”, es decir, ambas partes buscáis rentabilidad.
Estos son los principales puntos que debes tener en cuenta cuando les pidas financiación:
¿Qué tipo de financiación necesito?
Si buscas financiación externa para tu empresa, las entidades financieras ofrecen diversos productos y servicios financieros que te pueden ayudar. Antes de acudir a ellas, debes valorar muy bien qué tipo de inversión necesitas, durante cuánto tiempo (a corto o a largo plazo) y para qué finalidad. Cuando visites el banco, debes tener las cosas muy claras, las improvisaciones durante la negociación nos restan credibilidad.
¿Qué producto me conviene?
La fuerte competencia en el sector bancario por captar nuevos clientes del segmento de microempresas ha potenciado la aparición de una amplia gama de productos financieros y servicios complementarios: línea de descuento, créditos y préstamos, factoring, forfaiting, cobro de impagados, leasing, renting, financiaciones subvencionadas… Estudia y analiza cuáles de estos productos responden a tus necesidades.
¿Qué capacidad tengo de reembolso?
El banco va a medir el nivel de riesgo que posee tu empresa para reembolsar el dinero que te ha prestado y también analizará el riesgo y la rentabilidad de la operación que quieres contratar con él. Analiza tus cuentas actuales y tus previsiones económicas futuras para varios años y calcula si serás solvente.
¿Con cuántos bancos es bueno trabajar?
Aunque no hay un número mágico, los expertos recomiendan trabajar con dos o tres bancos. Te permitirá compartir el riesgo de tus operaciones entre ellos. Según tus necesidades presentes y futuras compara los precios, los productos y los servicios que ofrecen las distintas entidades del mercado.
¿Qué nos va a pedir la entidad bancaria?
Recuerda que para el banco, cada empresa y cada operación financiera con ella suponen un nivel de riesgo y una rentabilidad distinta. Para reducir ese riesgo e incrementar la rentabilidad de las operaciones, el banco va a analizar diferente información sobre el cliente, entre ella, cuentas anuales, equipo directivo, declaraciones de impuestos, incidencias judiciales, impagos…
¿Qué debo negociar?
Absolutamente todo, sobre todo, comisiones, tipos de interés y gastos de servicio que se te van a cobrar durante la vigencia de la operación. Debe quedarte todo claro antes de la firma del acuerdo, porque después tus posibilidades de cambiar condiciones son mínimas, por no decir, inexistentes.
¿Cumplirán lo acordado?
El banco hará un seguimiento de tu empresa y de la operación durante el plazo de vigencia del producto o productos contratados. Haz lo mismo. Comprueba que todas las comisiones y gastos por servicios se corresponden con lo acordado. Si no es así, reclama que te los reembolsen.
¿Soy rentable para mi entidad bancaria?
Tu banco va a analizar qué grado de rentabilidad consigue contigo. Tú también puedes saber cuánto gana el banco contigo. Te recomiendo usar un balance banco-empresa trimestral para saber cuánto estás haciendo ganar a tu banco. Existen muchas plantillas gratuitas en Internet, pero también puedes conseguir la que suelo usar yo, si me la pides escribiendo a mi cuenta de dirección electrónico [email protected]
¿Me conformo?
Intenta que no. Debes renegociar tus condiciones periódicamente, sobre todo, si tus niveles de rentabilidad son buenos para el banco. Utilízalo como arma de negociación.