Antes de comenzar con el artículo en sí, tengo que avisarle de algo. Si usted es de las personas que usan un disfraz en su trabajo, aparentando ser algo que realmente no son, le sugiero que intente leer este artículo desde su auténtico punto de vista. Es posible que, los ejecutivos agresivos y los jefes tiranos no entiendan el mensaje de este artículo. No obstante, gracias por intentarlo.
Organizar cenas, salir de fiesta con los compañeros de trabajo y otras acciones similares se han puesto de moda en los últimos años entre muchas empresas preocupadas por la satisfacción de sus propios trabajadores. A pesar de ello, aclaremos algo: preocuparse por conseguir algo no necesariamente significa conseguirlo, aunque sin duda, intentarlo ya tiene su mérito.
¿Por qué digo esto? En mi carrera profesional me he encontrado con muchas empresas que aparecían como embajadoras del “buen rollito” y que, a la larga, acababan siendo todo lo contrario a lo que predicaban.
De nada sirve que la empresa invierta dinero en la organización de eventos que, se supone, son para estrechar lazos de amistad, y en lugar de invitar a nuestros trabajadores, estos sean obligados a asistir, sin tener en cuenta su opinión.
La organización de eventos para crear “buen rollito” en nuestros empleados es más un arte que una ciencia, más que nada, porque cada empleado como persona única e irrepetible, tiene gustos, preocupaciones e inquietudes igualmente únicas e irrepetibles. Por tanto, si queremos satisfacerlos, obligarlos a asistir a eventos etiquetados no es muy buena idea.
Existen muchas formas de motivar al personal, y para saber motivarlos, tenemos que conocerlos. Y para conocerlos, hay que pasar tiempo con ellos. Se asombraría de los grandes resultados que se pueden conseguir con una simple sonrisa y un “buenos días, ¿cómo va la mañana?” en lugar de la habitual “cara de palo” con la que muchos acudimos al trabajo.
Los eventos entre compañeros de trabajo no deberían ser excesivamente formalistas, pues nuestra intención es encontrar un punto de encuentro en el que todos o, al menos, una mayoría razonable de nuestros trabajadores se sientan cómodos y a gusto. ¿La mejor forma? Deje que sus trabajadores le sugieran cosas.
Puedo ponerle ejemplos de todo tipo, desde plantillas que, en caso de que haya un partido de fútbol interesante van al bar a tapear y a verlo por la TV (obviamente son sumamente futboleros) hasta equipos directivos que dedican algunos fines de semana a practicar juntos deportes de aventura.
Puede que usted tenga en su plantilla a una persona sumamente tímida que cumple escrupulosamente con su trabajo pero se relaciona muy poco con sus compañeros. Suelen ser personas que dicen: “voy a trabajar y no a hacer amigos”. La cordialidad con estas personas es muy importante.
Tenga en cuenta que, lo último que queremos es una ruptura en un equipo de trabajo. Invítela cordialmente a asistir con el resto de sus compañeros como una forma de relajarse de sus obligaciones.
Conozca muy bien el clima laboral, y si tiene (o ha tenido) algún problema con sus compañeros, e intente presentar una oportunidad para solucionarlo. Si, a pesar de ello, rechaza la invitación, respete su opinión, pero no se desentienda. Es su obligación como jefe de equipo ayudar a integrarle en el equipo.
Le aseguro que, en la mayoría de las ocasiones, mostrar comprensión y aprecio por el trabajo de esa persona y querer implicarla dentro del grupo, obrará maravillas en las personas tímidas. Se lo digo, entre otras cosas, porque en el pasado yo mismo fui tremendamente tímido y sé muy bien de lo que hablo.
Preocúpese sinceramente de las necesidades laborales y extralaborales de sus subordinados. Rendirán mejor, le respetarán más y se forjarán vínculos de hierro sobre los que poder cimentar, sin temores, las bases del éxito de su negocio. Le deseo suerte en el proceso.
Es tan importante crear y sostener un buen clima laboral cómo los resultados que persiguen las empresas. Si hay buen clima, si las personas somas bien tratadas y somos tenidas en cuenta como seres humanos además de cómo trabajadores, aunque la empresa tenga problemas para pagarnos, RESPONDEMOS porque nos sentimos PARTE DE LA ORGANIZACION.
Muchas gracias Bettina por tu comentario
Y realmente pienso que tienes razón. Gran parte del éxito de las políticas en Recursos Humanos se basan en saber organizar un equipo que sepa trabajar unido buscando un objetivo más o menos común.
Es lo que algunos estudiosos del tema han llegado a llamar «Marketing Interno» al llegar a la conclusión de que al trabajador se le debería tratar como si fuera un cliente de especial relevancia.
Saludos cordiales,