Estilos de Gestión de la Innovación
Los estilos de gestión de la innovación dependen fundamentalmente de la estrategia corporativa seguida por la alta dirección de la empresa. Podemos definirlos como las diferentes maneras de actuar ante la realidad de la innovación y el cambio en los negocios.

Según esta definición podemos encontrar 5 estilos de gestión de la innovación:


ESTILO CONSERVADOR:

La dirección no se arriesga nunca en las decisiones que toma. Se limita a realizar acciones cuyos resultados positivos ya han sido suficientemente contrastados. Nunca hace caso a conjeturas, ni suposiciones, ni expectativas, sino que se guía por aquella información pasada que provenga de la misma empresa, que conozca con exactitud y que pueda demostrar.

ESTILO REACTIVO:

La dirección reacciona ante situaciones novedosas con acciones nuevas que no ha experimentado con anterioridad. Para ello utiliza la información que ha generado su propia compañía y también otra información externa suficientemente contrastada. A pesar de introducir novedades en el modo de actuar, lo hace con mucha cautela, cuando el riesgo es reducido y hay grandes probabilidades de tener éxito.

ESTILO ANTICIPADOR:

La dirección esta acostumbrada a trabajar con previsiones del mercado. Cuando estas son positivas, asume riesgos emprendiendo acciones nuevas para responder a las buenas expectativas generadas. Ello le permite adelantarse a una situación previsible y estar preparado para sacar el máximo provecho de ella.


ESTILO PROACTIVO:

La dirección proactiva está también atenta a las oportunidades del mercado. No tiene la seguridad de que las perspectivas sean buenas o malas, pero cuando aprecia una posible oportunidad que, de ser positiva, le pueda aportar beneficios, la afronta, toma riesgos y lleva a cabo acciones innovadoras. Los riesgos que se asumen pueden llevar al fracaso.

ESTILO INTERACTIVO:

Es el que más riesgos asume. La dirección se imagina como puede ser el escenario futuro de un determinado mercado y emprende acciones que contribuyen a crear ese porvenir. Estas actuaciones pueden aparecer como visionarias al resto de las empresas del sector, pero de tener éxito dan unos resultados muy positivos para la empresa que las toma.

Personalmente, pienso que el riesgo es un factor que podemos controlar si tomamos las precauciones adecuadas. Por lo general, mi experiencia me hace decir que hay que adoptar como estrategia general un estilo anticipador que garantice ciertos resultados a la vez que protegemos parte de nuestros ingresos.

Pero también se debe arriesgar, por lo que hay que adoptar campañas de estilo proactivo, o incluso interactivo, en aquellos focos de negocio que veamos van a marcar la tendencia en el futuro. De este modo, logramos cubrir la mayor parte de las necesidades de nuestro sector, a la vez que apostar fuertemente por acciones rápidas en nichos previamente elegidos. Por supuesto, cada sector tiene sus estrategias que hay que conocer antes de tomar una decisión comprometida.