Hoy quiero salirme un poco de la temática general del blog. Todos somos personas, con nuestros sentimientos, y debido a un incidente bastante lamentable he decidido hacer este artículo para agradecer a todas las personas que han apoyado y hecho realidad este proyecto.
Ayer recibía estupefacto un email de un tal Sr. Ay Caramba (originalidad al poder) con dirección desconocida (esa tradicional gallardía española…) que me criticaba llamándome «niñato» que se atreve a abrir una consultoría generalista recién salido de un máster…
También me comentaba que, seguiría apareciendo por la web (sin duda, no debo hacerlo tan mal cuando va a seguir visitandonos) por lo que aparte de saludarle muy cordialmente, le pediría sin duda un poquito más de humildad y, cuando menos, respeto, incluso si no está de acuerdo con mi filosofía y planteamiento de los negocios.
Pero no es de este personaje (lo siento, no encuentro otra palabra para definir este comportamiento) de quien quiero hablar hoy. Hay muchas personas que merecen ser elogiadas en este artículo. Personas que, han contribuido a la creación y difusión de este proyecto, en mayor o menor medida.
Omitiré todo elogio a mis amistades, familiares,conocidos… y a mi pareja, ellos ya saben lo mucho que los aprecio y el cariño y la estima que me produce tenerlos a mi lado. Es al resto de personas, lectores, clientes, alumnos de mi curso de creación de empresas a quiénes va dirigido mi reconocimiento de esta mañana.
Y es que, después de haber escrito varios eBooks, ayudado a crear varios negocios y viendo crecer mi negocio día a día, uno no puede por menos que emocionarse enormemente a pesar de que siempre exista y existirá gente envidiosa y que quiere que las cosas sigan como están.
Gran parte de los problemas de este país, vienen de que estamos más atentos en criticar lo que hace nuestro vecino que en hacer bien nuestro propio trabajo, y esta no es la reflexión de un simple «niñato», sino un corto resumen de nuestros últimos 500 años de historia.
Afortunadamente, los tiempos cambian y podemos aprender de los errores del pasado. Creo que vivimos en una era fascinante donde cualquier persona (incluso los «niñatos») podemos tener una oportunidad de ganarnos la vida honradamente. Es cuestión de intentarlo. Quiero despedirme con una gran frase de Oscar Wilde: «que hablen de uno es espantoso, pero hay algo todavía peor: que no hablen».
Gracias a todos los que hacéis posible ver este sueño cumplido.